El nombre Trastevere deriva del latín Trans Tiberim, es decir, ‘más allá del Tiber’. Trastevere es también un centro de vida nocturna: aquí se encuentran numerosos bares, restaurantes y pubs. La posición de Relais Star of Trastevere les permitirá visitar los siguientes monumentos, todos a distancia de un breve paseo:
Basílica de San Crisógono: (alcanzable con el bus H, 23, 280 o el tram 8) fundada en el IV siglo, es una de las iglesias más antiguas de Roma. Contiene restos de época constantiniana y frescos y mosaicos de los siglos VIII y XI.
Puente Sisto: (alcanzable con el bus 23 o 380) también llamado Puente de Agripa o Puente Aurelio, fue construido en el siglo XV para que el Papa Sisto IV pudiese cruzar el Tiber. Conecta las orillas del río de Via del Pettinari y la famosísima Plaza Trilussa.
Santa Maria en Trastevere: (en la Plaza Santa Maria en Trastevere, solo unos cuantos minutos a pie desde el Relais) fundada en el siglo III por Papa Calisto I, esta catedral alberga impactantes mosaicos bizantinos de los siglos XII y XIII, además de las 22 columnas de granito que forman el interior de la iglesia. De estas, la que se encuentra a la derecha del altar contiene la inscripción FONS OLEI (en latín, ‘fuente de aceite’) e indica el lugar exacto desde el cual, según la leyenda, el día en el que Cristo nació, manó a raudales un riachuelo de puro aceite desde la tierra, símbolo de la llegada de la gracia de Dios.
Santa Cecilia en Trastevere: (en la Plaza Santa Cecilia en Trastevere, solo unos cuantos minutos a pie desde el Relais) la Basílica fue construida sobre los restos de la casa de Santa Cecilia, quien fue martirizada en el año 230 d.C. Según la leyenda, Santa Cecilia se le apareció a Papa Pasquale I y le indicó el punto exacto donde se encontraba su cuerpo, el cual era imposible de encontrar. Allí fundaron la iglesia. Algunas entre las obras principales dentro de la Basílica son: la impresionante escultura de Stefano Maderno que representa el cuerpo de la Santa, el ciborio de Arnolfo di Cambio y el “Juicio Universal” de Pietro Cavallini.
San Francesco a Ripa Grande: (Plaza San Francesco de Asís, al lado sur de Trastevere) este santuario, convento y parroquia es el lugar en el que San Francesco de Asís se hospedaba durante sus visitas al Papa. Aquí se encuentra la ‘celda’ en la que Francesco iba a retiro, entre los leprosos, en el entonces Hospicio Benedictino de San Blas. El lugar alberga obras artísticas de fundamental importancia entre las cuales: ‘La Beata Ludovica Albertoni’ de Gian Lorenzo Bernini y el retablo de Francesco Salviati. Además se encuentra aquí una parte significativa del patrimonio artístico de la Roma barroca.
Isla Tiberina: (alcanzable desde Ponte Garibaldi) la isla, larga unos 300 metros y ancha un poco más de 90, está unida a las orillas del Tiber por medio de dos puentes: hacia Trastevere por el puente Cestio, cuyo arco central remonta al 46 a.C., y hacia el Ghetto por el puente Fabricio, construido en el 62 a.C. Abundan las leyendas relacionadas con el origen de esta pequeña isla: una de ellas está vinculada a la destitución de Lucio Tarquinio Superbo, último rey de Roma. La otra, más conocida, está ligada al culto de Asclepio (o Esculapio, para los romanos), dios griego de la medicina. En el 291 a.C., la ciudad de Roma había sido azotada por una terrible pestilencia. Los sacerdotes, tras haber consultado los libros sibilinos, habían enviado una delegación a Epidauro, lugar de culto de Asclepio. Los embajadores volvieron a Roma llevando consigo en el barco una serpiente, animal muy querido por Asclepio. A la altura de la isla Tiberina, como reporta Ovidio en sus Metamorfosis, la serpiente saltó repentinamente del barco y en el punto en el que cayó fue construido un templo dedicado a Asclepio. Además, la misma isla Tiberina fue moldeada arquitectónicamente cual si fuese un barco.
Villa Farnesina: (sobre el lado norte del Tiber) es una de las obras arquitectónicas más representativas del Renacimiento italiano. Alberga frescos de Raffaello Sanzio, Sebastiano del Piombo, Giovanni da Udine, Giovanni Bazzi, conocido como el Sodoma, Giulio Romano y Giovan Francesco Penni. La Logia contiene los frescos de las Historias de Cupido y Psique, adaptadas de Apuleio, obra de Raffaello y de sus discípulos. Las paredes de la ‘Sala del Fregio’ fueron decoradas en la parte superior por Baldassare Peruzzi con pequeñas escenas mitológicas monocromáticas puestas en secuencia, que representan las hazañas de Hércules y otros episodios mitológicos adaptados de las Metamorfosis de Ovidio. En la ‘Sala de Galatea’ se encuentra el majestuoso fresco de Raffaello El triunfo de Galatea y el monumental Polifemo de Sebastiano del Piombo. En el piso superior se encuentra el sugestivo ‘Salón de las Perspectivas’, pintado por el Peruzzi el cual ofrece espectaculares ilusiones ópticas. La ‘Sala de las Bodas’ de Alejandro y Rosana está pintada por el Sodoma, con escenas de la vida de Alejandro Magno.
Janículo: (alcanzable recorriendo via Garibaldi desde Trastevere) la colina del Janículo se eleva detrás de Trastevere y se extiende hasta la Basílica de San Pedro. Aquí el panorama es arrebatador: se pueden admirar los más importantes monumentos de Roma y las basílicas cristianas sobre el fondo de los imponentes Montes Albanos. Según la leyenda, el Janículo hospedaría la ciudad fundada por el dios bifronte latino Jano, he aquí el nombre. Entre los lugares imperdibles en el Janículo están: el ‘Fontanone’ (la gran fuente) obra construida por Giovanni Fontana y Carlo Maderno y comisionada por Papa Paolo V, y la iglesia de San Pietro in Montorio, famosa por el ‘Templete’ del Bramante, posiblemente el mejor ejemplo de arquitectura renacentista en Roma. El Janículo hospeda también la Huerta Botánica, con más de 8000 especies de plantas. Hacia el norte, junto a Villa Sciarra, se encuentra Villa Doria Pamphilii, el parque público más grande de Roma. Se encuentra además, al centro del parque, el Casino del Respiro, lugar rodeado por arboledas de cítricos y jardines a la italiana.
Altar de la Patria/Plaza Venecia: tomando el tram 8 con dirección ‘Piazza Venezia’ pueden alcanzar en 2-3 minutos el más espectacular e imponente monumento de la Patria Italiana, esto es, el Monumento Nacional al Rey Vittorio Emanuele II, mejor conocido con el nombre de Vittoriano.